La cultura de una empresa es el conjunto de valores, creencias, normas y prácticas que comparten los miembros de la organización y que influyen en su forma de pensar y actuar, este concepto es especialmente importante en la empresa familiar. Esta cultura puede ser tangible o intangible y se manifiesta en la forma en que se relacionan la dirección con los empleados, los empleados entre sí y con los clientes, proveedores, entidades financieras, administración, etc., también se manifiesta en las decisiones que se toman y en la forma en que se llevan a cabo las actividades de la empresa.

Cuando decimos que la cultura de una empresa puede ser tangible o intangible, nos referimos a que puede estar contenida en normas formales o que de forma natural ha impregnado toda la empresa. La cultura tangible de una empresa se manifiesta en protocolos formales o documentos, como el manual de imagen pública de la empresa, la forma en que se presenta la oficina, el diseño de la marca, el lenguaje corporativo y los productos o servicios que ofrece. Por ejemplo, si una empresa tiene una cultura de innovación, es posible que tenga una oficina con diseños modernos y tecnología de vanguardia, y que ofrezca productos o servicios innovadores en el mercado.

Por otro lado, la cultura intangible es la que impregna la manera de ser y de actuar de toda la organización y se refiere a los valores, creencias y normas que rigen la forma en que se llevan a cabo las actividades de la empresa. Esta cultura puede ser más difícil de ver, pero se manifiesta en la forma en que la dirección trata a los empleados, a cómo se tratan los empleados entre sí y en cómo se visten y se expresan, se toman decisiones y se interactúa con los clientes y proveedores. Por ejemplo, si una empresa tiene una cultura de respeto y colaboración, es posible que los empleados se traten con respeto y trabajen en equipo para lograr objetivos comunes. Otro ejemplo: aunque no es obligatorio, el personal de una entidad financiera que presta servicio al público suele ir formalmente vestida. Por último un ejemplo a contrario sensu: Una determinada empresa comercializadora, no aceptará en sus catálogos productos para adultos por mucho margen comercial que le ofrezcan.

La cultura de una empresa debe ser creada y modulada por los fundadores, los propietarios, la gerencia y los líderes de la organización, y puede ser transmitida a los empleados a través de la formación y el liderazgo, en la empresa familiar, se transmite a través de las generaciones. Una cultura sólida y positiva puede ayudar a fomentar la lealtad y el compromiso de los empleados, a mejorar el rendimiento y a lograr un ambiente de trabajo agradable y productivo.

Una adecuada estrategia de comunicación, interna y externa, es necesaria para la formación de la cultura de la empresa y para poner en valor esta cultura. Hoy en día la mayoría de grandes empresas familiares están alineadas con unos valores positivos en su cultura empresarial tal como se puede comprobar estas noticias del Instituto de la Empresa Familiar.