Ferrovial es una de las mayores empresas de infraestructuras y servicios del mundo, con una facturación de más de 6.000 millones de euros y una plantilla de más de 70.000 empleados. Su origen se remonta a 1952, cuando Rafael del Pino y Moreno fundó una pequeña constructora en Madrid. Desde entonces, la empresa ha crecido y diversificado su actividad, convirtiéndose en un referente internacional en sectores como las autopistas, los aeropuertos, la construcción o la energía.

Ferrovial es a pesar de su tamaño una empresa familiar, que ha mantenido el control accionarial y la gestión en manos de una misma familia, la de los descendientes del fundador. Actualmente, el presidente ejecutivo es Rafael del Pino Calvo-Sotelo, hijo del fundador y primer accionista con un 20% del capital. Le siguen sus hermanos María (8%), Leopoldo (4%) y Joaquín (2%), así como su sobrino Ignacio (1%), que recientemente se incorporó como director financiero.

Como cualquier empresa familiar no está exenta de conflictos internos, que pueden afectar a su gestión y a su reputación. El último episodio se ha producido con motivo de la decisión de trasladar la sede fiscal de Ferrovial a Países Bajos y cotizar en Estados Unidos. Una operación que fue aprobada por el 99,9% de los accionistas en la junta general celebrada el pasado 13 de abril.

La propuesta contó con el apoyo de los poderosos fondos de inversión que participan en el capital de Ferrovial, como TCI o BlackRock, de CaixaBank, así como de los hermanos Rafael y María del Pino. Sin embargo, Leopoldo del Pino se mostró contrario al cambio de domicilio y votó en contra. Según fuentes cercanas al accionista disidente, su posición se basa en que considera que la operación no tiene sentido estratégico ni financiero, y que supone una pérdida de identidad y arraigo de la empresa con España.

El traslado fiscal de Ferrovial responde a su plan estratégico de centrarse en el negocio de las infraestructuras y mejorar su acceso al mercado de capitales más grande del mundo y su visibilidad internacional. La empresa argumenta que el 82% de sus ingresos se generan fuera de España y que más del 90% del valor es internacional. Además, asegura que mantendrá simbólicamente su sede social y operativa en España, donde seguirá pagando impuestos y generando empleo e inversión.

La decisión ha generado también críticas por parte del Gobierno español, concretamente la ministra de Economía, Nadia Calviño ha calificado la operación de “errónea” y ha recordado que Ferrovial “se lo debe todo a España”.

En cambio ha contado con el apoyo de la Asociación de la Empresa Familiar (AEF) que ha salido en defensa de Ferrovial y de su presidente, Rafael del Pino, tras las críticas del Gobierno y le ha pedido que no interfiera en las decisiones de una empresa privada y en cambio que estudie unos mecanismos de fiscalidad y acceso a los mercados de capitales que actualmente no son funcionales en España. La AEF también se teme que el paso que ha dado Ferrovial pueda ser seguido por otras empresas españolas.

¿Cómo puede gestionar el conflicto una empresa familiar como Ferrovial?

Los expertos coinciden en que lo más importante es preservar la unidad familiar y el consenso entre los accionistas. Para ello, es necesario establecer mecanismos de comunicación fluida y transparente entre los miembros de la familia empresaria, así como contar con órganos de gobierno profesionalizados e independientes, sean miembros formados de la propia familia o externos, que garanticen la eficacia y la objetividad en la toma de decisiones. También se puede recurrir a un asesor externo especializado en la resolución de conflictos en la empresa familiar.

Asimismo, es conveniente tener un protocolo familiar que regule las relaciones entre la familia y la empresa, así como las posibles situaciones conflictivas que puedan surgir. El protocolo debe incluir aspectos como la visión, misión y valores compartidos por la familia empresaria; los criterios para el acceso al empleo, a la propiedad y al gobierno; las normas para resolver las discrepancias o disputas; o las medidas para preservar el patrimonio familiar.

Ferrovial es un ejemplo de una empresa familiar exitosa que ha sabido adaptarse a los cambios del entorno y aprovechar las oportunidades de crecimiento. Sin embargo, también se enfrenta a los retos propios de este tipo de organizaciones, como son los conflictos entre los accionistas familiares o las presiones externas. Para superarlos, es necesario mantener el equilibrio entre la cohesión familiar y la profesionalización empresarial y el mejor sistema para conseguirlo es la formación y profesionalización de los miembros de la familia que han de suceder a la actual dirección de la empresa.